El miércoles 20 de julio del 2016 fue un día importante para esta Iglesia local. En audiencia pública, la Arquidiócesis reportó un progreso significativo en los esfuerzos obtenidos bajo el marco del Acuerdo de Conciliación Civil – anunciado en diciembre pasado – para crear un ambiente más seguro para los niños. El Juez de Distrito del Condado de Ramsey, Teresa Warner, elogió a la Arquidiócesis y describió nuestras acciones tomadas en conjunto con el Fiscal del Condado de Ramsey como “lo correcto por hacer”. Unos momentos más tarde, en la misma sala, se anunció que el Fiscal del Condado de Ramsey, John Choi, anuló el caso penal al final del día. Estoy convencido de que la justa resolución de esos cargos fue una respuesta a las oraciones de tantos de ustedes en toda la Arquidiócesis y por eso estoy muy agradecido.
Muchos se han preguntado cómo es que el Fiscal del Condado de Ramsey retiró los cargos criminales. Esto implicó un proceso largo de calmado diálogo, de construcción de relaciones y de respeto. Ese proceso se inició el pasado otoño, cuando intentamos negociar una resolución de ambos casos, el penal y el civil. Yo personalmente pasé horas con el Sr. Choi y su equipo y sé que el personal de la Arquidiócesis y los abogados pasaron muchas más. Sigo estando agradecido de que, desde el momento de nuestra primera reunión, hemos sido capaces de llegar a un acuerdo en el objetivo primordial de proteger a los niños.
Sin embargo, desde el principio, estuvimos en desacuerdo con el Fiscal del Condado sobre una cosa importante: la insistencia de que la Arquidiócesis se declarara culpable de los cargos criminales en alguna manera, modelo o forma. La pura verdad es que si nosotros creíamos que éramos culpables, nos habríamos declarado culpables. Sin embargo, yo recibí el asesoramiento de expertos en esta área del derecho penal y discutí el asunto con los diversos organismos consultivos de la Arquidiócesis, tales como el Consejo de Finanzas, el Comité de la Corporación, y el Colegio de Consultores. Hubo un amplio consenso en que la Arquidiócesis no era culpable de un crimen. Para ser claros, la Arquidiócesis le falló a las víctimas de Curtis Wehmeyer y a sus familias, y de eso estamos profundamente arrepentido. Un fallo, sin embargo, no es lo mismo que un crimen. Esa es una cuestión jurídica, no una cuestión moral. Estuvimos dispuestos a admitir a los fallos e incluso la culpabilidad moral, pero no podíamos ir a la corte para declararnos culpables de un crimen que no cometimos. Cometer un delito implica una intención criminal y es algo totalmente diferente a fallar. En ese único punto importante, el admitir o denegar un cargo criminal– las negociaciones fracasaron.
A pesar de que no fuimos capaces de acordar una resolución en ese momento para abordar tanto los cargos criminales como los civiles, logramos forjar una relación de trabajo positiva con el Condado de Ramsey y acordaron avanzar para resolver el asunto civil. El acuerdo en el lado civil no pondría fin a un litigio, pero este protegería a los niños y demostraría nuestra voluntad de hacernos responsables. Con esto en mente, hemos negociado un Acuerdo de Solución Civil integral que se considerará como un acuerdo “histórico”, que va mucho más allá de lo que podría haber sido requerido después de un litigio civil. En particular, esto permite a la corte verificar el cumplimiento de la Arquidiócesis con sus compromisos.
Aun así, el caso criminal se mantuvo. Teniendo en cuenta nuestro desacuerdo de principios con el Fiscal del Condado acerca de si nuestra conducta constituye un crimen, tuvimos que comenzar a preparar nuestra defensa. El 29 de enero, proporcionamos el Fiscal del Condado con una Moción de Anulación que muestra nuestro razonamiento jurídico de por qué no fuimos culpables de crimen. Unos dos meses después, el 21 de marzo, el Fiscal del Condado de Ramsey nos proporcionó un memorando delineando sus argumentos legales. Dos semanas más tarde, el 4 de abril, le proporcionamos la respuesta a estos argumentos. (Estos tres documentos se pueden encontrar en la página web del Condado de Ramsey).
Mientras yo estaba convencido de que nuestros argumentos prevalecerán en la corte, el Fiscal del Condado de Ramsey continuó insistiendo en que la Arquidiócesis se declarara culpable. A principios de abril, sin embargo, hubo un avance importante: las partes acordaron mediar en el caso. Esto nos permitió reanudar nuestros esfuerzos para lograr una solución justa a través del diálogo. Juntos, elegimos dos juristas de gran prestigio y con experiencia jurídica como mediadores: Jim Rosenbaum, un ex magistrado de la Corte de Distrito de Estados Unidos, y Kathleen Gearin, una ex magistrada del Tribunal de Distrito del Condado de Ramsey. Ellos generosamente accedieron a participar, reuniendo a ambos lados el 18 de mayo en un par de salas de conferencias en el centro de Minneapolis. Estoy muy agradecido de que en ese día fui acompañado y tuve el sabio consejo de dos de nuestros miembros de la junta corporativa, Karen Rauenhorst y Brian Short; el Presidente del Consejo de Finanzas de la Arquidiócesis, Tom Abood; Director Arquidiocesano de la Oficina de Normas Ministeriales, Tim O’Malley, y nuestro abogado, Joe Dixon. Nuestro equipo fue apoyado por el obispo Cozzens y una serie de consultores que permanecieron disponibles como un contacto telefónico durante el día y hasta altas horas de la noche. El Fiscal del Condado también estuvo acompañado por un equipo experimentado. Los mediadores hicieron un trabajo fenomenal yendo y viniendo para ayudar a ambas partes a comprender cuál era la ley y la justicia requerida.
Después de 15 horas de arduo trabajo, llegamos a una resolución que compromete la Arquidiócesis a una admisión pública de nuestros fallos para proteger a los tres niños abusados por el ex sacerdote Curtis Wehmeyer y para mejoras en el Acuerdo de Solución Civil, y el compromiso del Condado de Ramsey de eliminar los cargos criminales. Quiero personalmente expresar mi agradecimiento al Juez Gearin y al Juez Rosenbaum por su papel vital de ayudar a todos a lograr una solución justa para las víctimas y para la comunidad. Aunque John Choi y yo no nos vimos cara a cara en algunas cuestiones legales, estoy también muy agradecido por su disposición para trabajar en colaboración a través de tales cuestiones tan complejas y por darnos la oportunidad de demostrar quienes somos y ganar tanto su confianza, como la del público. Estoy agradecido también con los miembros de los dos equipos que contribuyeron con su tiempo, energía y experiencia en este serio trabajo. También estoy profundamente agradecido por las horas de Adoración Eucarística ofrecidos por nuestro personal.
Tuve el placer de escuchar en la Corte el día 20, que los hombres jóvenes que fueron víctimas de abuso, así como sus familiares, apoyaron la resolución resultante de la mediación. Estoy profundamente apenado por nuestras fallas en protegerlos y me comprometo a estar siempre consciente de nuestro pasado, para así nunca repetirlo. Quedo agradecido por su valor en presentarse y evitar que otros fueran lastimados. Su fuerza y compromiso nos deben inspirar y servir como un recordatorio de nuestro deber de proteger a los hijos de Dios.