Eucaristía: alimento para el camino

Father Michael Tix

Share:
Facebook
X
Pinterest
WhatsApp

En estos días escuchamos mucho sobre la experiencia de la gente en el Décimo Congreso Eucarístico Nacional que tuvo lugar en Indianápolis. Si bien asistieron miles de personas, hubo muchos que no estaban en Indianápolis, pero experimentaron el Avivamiento Eucarístico Nacional más cerca de casa. Las oportunidades incluyeron la procesión Eucarística de la Fuente y la Cumbre en el Día de los Caídos en St. Paul y muchos otros eventos organizados por parroquias de nuestra arquidiócesis que se encontraban a lo largo de la Ruta Mariana de la Peregrinación Eucarística Nacional.

Un momento que quedará grabado en mi memoria por mucho tiempo es la procesión eucarística en San Juan Bautista en Vermillion. Es una de las parroquias en las que sirvo, y nuestros estudiantes de la escuela primaria católica se alinearon en la calle frente a la iglesia para observar en silencio y con atención cómo pasaba la procesión. Cualquier padre con hijos en edad de primaria sabrá fácilmente que esto no es poca cosa. Su reverencia estaba profundamente motivada por algo que no necesariamente podían explicar, pero que claramente conocían y reconocían como presente de manera única ante ellos. Me recordó las palabras de Jesús sobre el reino de Dios que pertenece a los niños. Los estudiantes siguieron el Santísimo Sacramento hasta la iglesia, donde nuestros alumnos de cuarto grado dirigieron en oración el rosario antes de la Bendición para las muchas personas que se reunieron para este evento local.

Father Michael Tix
Father Michael Tix

Además del Congreso Eucarístico y las procesiones, en los últimos días hemos oído hablar del Beato Carlo Acutis y de la intención del Papa Francisco de canonizarlo como santo. El Beato Carlo nació en 1991 y murió en 2006, a la edad de 15 años, a causa de leucemia. Su tumba está en Asís, Italia. Mientras estaba en una peregrinación reciente con un grupo de directores de escuelas católicas de nuestra arquidiócesis, tuvimos la oportunidad de visitar la tumba del Beato Carlo y conocer su historia, que incluye una vida profundamente eucarística y devoción mariana. Como el primer milenario que esperaba ser canonizado como santo, el Beato Carlo, como muchos de su generación, estaba involucrado en el mundo de las computadoras hasta el punto de que algunos lo han sugerido como el santo patrón del siglo 21, de los jóvenes y de la tecnología. Se sabía que el Beato Carlo usaba sus computadoras para aprender sobre los milagros eucarísticos que luego catalogaba. La meta del Beato Carlo en la vida era: “Estar siempre cerca de Jesús, ese es mi proyecto de vida”. Es un buen plan de vida para todos nosotros.

Muy apropiadamente, estos días se ha prestado gran atención a la Eucaristía, ya sea en la forma del Avivamiento Eucarístico o en la vida del Beato Carlo. Cada una de estas es una oportunidad para que todos renuevemos nuestra creencia en que Jesús está presente ––cuerpo, sangre, alma y divinidad–– en la Eucaristía que recibimos en cada Misa. Al centrarnos en la Eucaristía, en algunas ocasiones también escuchamos sobre los milagros eucarísticos como experiencias extraordinarias. Pero a veces olvidamos que la Eucaristía es alimento para nuestro camino de vida que resulta en milagros que ocurren rutinariamente a nuestro alrededor todos los días.

San Agustín habla de convertirnos en lo que recibimos en la Eucaristía. Esto es en el sentido de que somos instrumentos del amor y la paz de Dios para nuestro mundo. Al renovar nuestra creencia en la presencia de Jesús en la Eucaristía, oramos para que la gracia se convierta en lo que recibimos de maneras que apunten a milagros eucarísticos ordinarios que están cambiando el mundo.

Consideremos, por ejemplo, a quienes alimentan a los hambrientos o cuidan a los enfermos. Alimentados por la Eucaristía, hay personas a nuestro alrededor que están poniendo la fe en acción de maneras milagrosas para mostrar el rostro compasivo de Cristo a aquellos que podrían estar perdidos y olvidados. O pensemos en aquellos que dan la bienvenida al extraño o trabajan por la paz y la justicia. Con agosto casi aquí y el comienzo de un nuevo año escolar pronto, podemos considerar a aquellos que educan a los estudiantes, ya sea en una escuela católica o en un programa parroquial de formación en la fe. Cada uno de estos ejemplos, y muchos más que podríamos agregar, nos recuerdan que la Comunión que compartimos nos envía cada día de maneras milagrosas a compartir el amor de Dios con los demás. La Eucaristía es un milagro que transforma nuestras vidas y, a través de cada uno de nosotros, transforma nuestro mundo. La Eucaristía también nos llama a una mayor conversión en nuestras propias vidas mientras buscamos acercarnos a Jesús y continuar la misión que se nos ha confiado: traer algo del reino de Dios a nuestro tiempo y lugar.

Que nuestro “¡Amén!” a las palabras “el cuerpo de Cristo” y “la sangre de Cristo” en estos días de verano reconocemos el don de la Eucaristía y los muchos milagros que surgen de este don del cielo, que continúa alimentándonos como maná en el desierto para nuestro camino de vida.

Share:
Facebook
X
Pinterest
WhatsApp
Related

Congratulations jubilarians!

Father Klockeman celebrates 25 years as an archdiocesan priest

Father Esty highlights teamwork in his 50 years of priestly ministry

Free Newsletter
Only Jesus
Trending

More Stories

Jubilarians

Congratulations jubilarians!

Before You Go!

Sign up for our free newsletter!

Keep up to date with what’s going on in the Catholic world